Más allá de aquellas siluetas convexas,
de aquel verde gris del norte,
que atravieso desde la sombra
ocre de las danzas otoñales,
con el ímpetu de la veleta
que apunta y espera sin respuesta.
Más allá de aquellos túmulos vibrantes,
que cautivos de sí guardan
alientos de pasadas primaveras.
Con el reto de reptar viviendo, amor vivo
que seco y ambarino ya nadie comprende,
lejos de mis pasos en España.
Más allá de aquellas montañas,
más allá, en Francia. Más allá del triste
decir nadie, hoy, que ya no me acompañas...
F.J.G.G.
Vivimos dandole forma a nuestro recuerdo, enmarcando sueños de alma desarmada. Tu voz y la mia, se unen a tantas, como un gran incendio reunido por flamas.
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