miércoles, 7 de diciembre de 2011

Viejo Piano

Un piano de cola se emblanquece por el polvo,
Y sólo la oscuridad del trastero le recuerda su negrura,
Pulida por notas de sus entrañas en tantas noches.
La tapa de sus teclas se asemeja a la de un ataúd,
Cerrado por un vil sepulturero ávido de silencio.
La cruel quietud arropa al piano con el polvo,
En un gris manto opaco, que lo sella en el tiempo mudo.

¿Dónde quedaron las noches de música llenas?
Mientras se reflejaban en sus cuerdas de plata las estrellas,
Y el vino se derramaba sobre él enrojeciendo su madera,
Al compás en que se enrojecían las mejillas de mil parejas.
¿Dónde el tintineo de las copas haciéndole la competencia?
O el suave beso deseado durante cientos bailes,
Dibujado en sonrisas y miradas de más y más notas presas.
¿A dónde voló la gracia de un joven y enamorado pianista?
O el encanto que vibra al alba una póstuma melodía.

Ni los años saben a dónde fueron aquellas veladas, ya inciertas…
Y cierto sólo es que allí está el piano, solo y gris en un cuarto,
Viendo pasearse a través del ventanal al Sol y a la Luna,
Al tiempo que el polvo sigue cubriendo su galante negrura,
Soñando en que algún día alguien se aventure en la penumbra
Y, suspirando como él, abra su tapa para condenar al silencio,
Con la nota perdida de una pulsación profunda…

(8 de enero de 2010)


F.J.G.G.

1 comentario:

  1. Me encanta como pules los anteojos del alma. Besos de pedernal a sol y mil deseos de salud y paz para tí y tus seres queridos.

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