Desde los trescientos metros, polvo maravilloso:
Llueve óxido en suspense, repleto de sueños y besos,
que se va acurrucando en las manos que se abren
Y cierran aplaudiendo a tu prolongación,
Más allá de tu altura, más allá de tus vaivenes,
Más allá de los desdenes del mundo que te saluda.
Las heridas incurables de París siempre te susurran;
Palestras apoteósicas de amanecer y noche,
Palomas que aletean coreografiadas con la Luna.
Se envuelven en parpadeos los enamorados
Que entre tus pies sus cuellos rompen a tu altura.
Llueve, llueve óxido maravilloso de tus silencios
Eternos y misteriosos.
F.J.G.G.
El óxido, ese metal que respira, nos hace a todos dulcemente crujientes. versos como siempre a la altura de los declives del cielo que tus miradas nos devuelven. Romper las vacaciones tiene sus recompensas, siempre y cuando sea para leer el perfume que nos ofreces. Besos en espiral buen amigo.
ResponderEliminarDesde luego Eli que si la luz es luz, es porque TÚ das nombre y apellidos a los ojos y los oídos de las personas con tu omnipresente compañía. Haces que el carecer de vacaciones no empañe lo que entiendo por vivir cantando Libertad. Besos y abrazos, maravillosa Poetisa.
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