Piedras, cincel, sangres, pincel: guardias
Inconmensurables cubiertos de polvos
De un tiempo y otro. Secretos en el aire,
Almas implorando sin darse reposo:
Gentes todas, emperadores, putas, profetas,
dioses insufribles y dioses bondadosos
Clamándoos desde sus bustos.
Códices y papiros ardidos de ignorancia,
Míticos Laureles marchitos de silencio:
Clío, ya pétrea esfinge, mira la violación
De sus tesoros erosionándose ante el jocoso
Orgasmo del mundo, para restar en un rincón
Muriendo ante la impotencia de sus héroes
Silenciosos.
La Historia muere en cada boca que la ignora o la desconsidera. Por suerte, con vosotros, Sergio, Adrià i Maria, estoy seguro de que está a salvo. Con mucha y necesaria humildad pero todavía mucho más cariño: va por vosotros.
F.J.G.G.
Me ha fascinado. Es un hermoso homenaje, un poema pensado y bien cuidado. Mis felicitaciones amigo mío.
ResponderEliminar