domingo, 20 de noviembre de 2011

Un sillón en el alma

Sillones en el alma,
tejidos a base de nidos de telaraña,
tiene el que, sentado, se siente viejo.

Sillones en el alma,
dónde encuentran hueco los fantasmas
sumados día a día a sus espaldas.

Sillones en el alma,
rodeados de gestos en paredes blancas.
Fotografías en sepia, blanco, negro.

Se ve a sí mismo el viejo,
en la televisión mal sintonizada.

F.J.G.G.

2 comentarios:

  1. una etapa que nos pisa los talones ,y que evoca sensaciones desde la plenitud

    hermoso poema
    felicitaciones

    desde Chile un abrazo

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  2. Cuánta razón tienes... es paradójico que la vejez sea un "estado" con el ojo siempre puesto en el futuro, y que nos pise los talones de continuo, a la vez.

    Muchas gracias, y otro abrazo para ti Elisa.

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